10 de julio de 2012

Explican con cangrejos mecanismos clave de la memoria humana

Un experimento realizado en crustáceos permitió describir el modo en que las personas logran generalizar ciertos estímulos como indicadores de experiencias previas, y actuar en consecuencia.

 

Decirle a alguien que tiene la inteligencia de un cangrejo no debería ser un insulto. En efecto, estos crustáceos, con su pequeño cerebro, poseen una memoria más compleja de lo que se pensaba, ya que pueden generalizar un recuerdo de modo de, ante situaciones similares, actuar de la misma manera. El dato surge de un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que determinó cuáles son las neuronas implicadas en este proceso.


“La capacidad para generalizar, que nos permite por ejemplo reconocer a un policía por el uniforme, sin importar si es un hombre o una mujer, implica una plasticidad del cerebro que hasta hace poco se pensaba que no existía en los artrópodos”, afirma la doctora Julieta Sztarker, investigadora del Ifibyne, el instituto dependiente del CONICET que funciona en la FCEyN. Y agrega: “Lo cierto es que estudiar la memoria en organismos más simples nos permite utilizar métodos invasivos imposibles de usar en humanos y puede aportar conocimientos que ayuden a comprender cómo recordamos y generalizamos los humanos.”


Generalizar implica que “la memoria puede guardar algunos rasgos fundamentales de la imagen o la experiencia aprendida y, al encontrar esos rasgos en otro estímulo, reconocer lo aprendido”, detalla la investigadora, autora del trabajo publicado junto con el doctor Daniel Tomsic, también investigador del Ifibyne. Para poner a prueba la memoria en el cangrejo, los investigadores diseñaron un conjunto de experimentos. Uno de ellos consiste en pasar, por encima de la cabeza del animal, una figura en movimiento que simula el vuelo de una gaviota, el principal predador de los cangrejos que habitan en las playas. Ante esta visión, el animal intenta huir. Pero si el estímulo es presentado en reiteradas oportunidades, el cangrejo ya no se mueve, pues aprendió que no debe preocuparse: no se trata de un predador. 


Lo interesante es que si se realiza algún cambio en la figura, el cangrejo sigue reconociéndola como “no peligrosa”, y no escapa. Esto prueba que el animal es capaz de generalizar, a diferencia de Funes, el memorioso, el personaje del cuento de Borges al que le molestaba que “el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente)”.


“Lo que hace el animal, en vez de guardar información de todo el estímulo, es extraer las propiedades básicas que lo definen, y luego las reconoce en otro estímulo”, señala Sztarker, y aclara: “El cangrejo sólo reconoce el estímulo si se modifica su posición. Si lo que cambia es la dirección del movimiento, no puede generalizar y da una respuesta de huida.”


Cuando los investigadores incorporaron más cambios en el experimento, observaron que el cangrejo ya no podía generalizar. Así vieron que la memoria, si bien tiene plasticidad, es específica para un solo estímulo. “La memoria debe ser lo suficientemente plástica para no tener que formar millones de memorias para objetos parecidos, y, por otro lado, no correr el riesgo de confundir cosas que son muy distintas”, indica la investigadora.


Los estudios mostraron que la memoria del cangrejo es capaz no sólo de guardar información sobre otros componentes de la escena, sino también de generalizar entre estímulos parecidos entre sí. “Estos experimentos tienen el doble propósito de mostrar, por un lado, que en cerebros simples se pueden albergar tareas complejas, y por el otro, indagar si el procesamiento es similar o no al de cerebros más grandes”, concluye Sztarker.

 Tomado de:  http://tiempo.infonews.com/2012/07/10/sociedad-80614-explican-con-cangrejos-mecanismos-clave-de-la-memoria-humana.php


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