Por qué el olor a hierba recién cortada puede evocar el verano, o una canción a un buen amigo. Cómo se almacenan y recuperan recuerdos
es un proceso del que todavía queda mucho por conocer. Se sabe dónde
están, pero no las relaciones entre unos y otros. Un grupo de
investigadores ha buscado las «huellas» de la memoria y ha descubierto
que algunas personas guardan lo que aprenden de manera semántica, es decir, según su significado.
«Creemos
que hay gente que almacena lo que aprende de manera semántica, otra que
lo hace de según el momento de aprendizaje, y de otras muchas formas»,
afirmó Jeremy Manning, investigador de la Universidad de Princeton.
Según él, conocer qué proceso sigue cada individuo permitiría diseñar
estrategias para aprender más en menos tiempo.
El estudio, publicado en la revista Journal of Neuroscience, se realizó entre pacientes con epilepsia a punto de ser sometidos a una neurocirugía.
Esto permitía conectarles electrodos directamente sobre el cerebro y
estudiar su actividad neuronal con mucha más precisión. «Podíamos
estudiar un área mucho más pequeña, y tomar datos miles de veces por
segundo, algo imposible si no abres el cráneo», explicó Manning.
A
los sujetos se les presentó una lista de 15 palabras a un ritmo de una
por segundo mientras se medía la «huella» eléctrica que dejaba cada una
de ellas. Después de un tiempo de descanso en el que hacían cálculos
matemáticos —para centrar la mente en otra tarea—, se les pidió que las
dijesen de viva voz, en el orden que quisieran. Los investigadores
querían medir cuántos agrupaban las palabras que recordaban según su significado. Unos lo hicieron y otros no, por lo que dedujeron que no todo el mundo sigue la misma estrategia.
Recuerdos semánticos
Para
saber si dos palabras tienen relación semántica —de significados— los
investigadores utilizaron un modelo conocido como Análisis Semántico
Latente (LSA). Éste analiza decenas de miles de documentos escritos y
busca las palabras que suelen aparecer juntas. Por ejemplo, es probable
que en cualquier texto sobre «martillos» se hable también de «clavos»,
pero en muy pocos aparecerá la palabra «ganso». Por tanto, «martillo» y
«clavo» tienen más relación semántica que «martillo» y «ganso». Esta
cercanía entre palabras se puede representar en una escala del 0
(ninguna) al 100 (su significado es el mismo).
El
estudio reveló que algunos de los sujetos del estudio agrupaban las
palabras en su cabeza según el modelo del LSA. A la hora de recordarlas,
las más parecidas semánticamente aparecían juntas. «Los patrones
mentales de cada persona forman una especie de ‘huella neuronal’ que
permite saber cómo organizan sus recuerdos y pensamientos a través de
las asociaciones entre palabras», dijo Manning. También afirmó que sus
técnicas se pueden trasladar al estudio de distintas maneras de
relación: temporal —según el momento de aprendizaje—, por tamaño,
aspecto, textura y otras. «El problema ahora es que, de momento, sólo
podemos ponerlo a prueba con pacientes con el cerebro al descubierto»,
explicó.
«Dada la importancia del lenguaje en el pensamiento humano,
identificar una representación neuronal que refleje el significado de
las palabras según se recuerdan nos acerca un poco más al esquivo
objetivo de localizar los pensamientos», dijo Michael Kahana, otro de
los investigadores.
Para
avanzar en este proceso Jeremy Manning se ha mudado a la Universidad de
Princeton para intentar desarrollar un método que permita continuar con
estos estudios sin necesidad de cirugías invasivas. «Queremos
desarrollar una técnica que permita resultados similares usando Imágenes
de Resonancia Magnética funcional (IRMf)», afirmó. Aunque no se atreve a
predecir cuándo estará lista, ni siquiera si lo conseguirán.
Tomado de: http://www.abc.es/20120701/ciencia/abci-captura-imagenes-cerebro-humano-201207011802.html
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