20 de julio de 2011

Ratifican que los recuerdos falsos poseen menor riqueza de detalles sensoriales y de otro tipo

"Decir la verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad" es la máxima que rige todo testimonio legal. Pero ¿y si el testigo recuerda algo que en realidad no ocurrió? La memoria es muy voluble, y hay muchos factores que pueden influir en ella, incluyendo el modo en que se hacen las preguntas. A menudo recordamos impresiones generales y no los detalles exactos de un suceso, y usamos sin darnos cuenta esas impresiones para rellenar los vacíos, creando a veces recuerdos de cosas que nunca han ocurrido.

Ahora, unos investigadores de la Universidad de Cornell han descubierto un modo de distinguir entre recuerdos verdaderos y falsos usando métodos que podrían acabar resultando muy útiles en los juzgados.

Cuando se le toma declaración a un testigo, no se suele evaluar debidamente la información proveniente de detalles sensoriales específicos de los recuerdos del sujeto. Según los resultados del nuevo estudio, si esa evaluación se hiciera bien y a fondo, ello podría ayudar a las autoridades a distinguir entre los hechos y la ficción.

El estudio muestra que cuando una persona recuerda algo que realmente sucedió, se acuerda de los detalles con mayor facilidad, con mayor intensidad y con mayor confianza que cuando recuerda algo que no ocurrió.






La investigación la han realizado Valerie Reyna, profesora de Desarrollo Humano en la Universidad de Cornell, Charles Brainerd, profesor de la misma especialidad en esa universidad y además de Derecho, y Tammy Marche de la Universidad de Saskatchewan, Canadá.

Tocar música mejora en la vejez la memoria auditiva y la capacidad de entender palabras en un ambiente ruidoso

Un creciente número de investigaciones indica que saber tocar un instrumento musical facilita en la infancia el aprendizaje de otras asignaturas en el aula. Ahora, un nuevo estudio se une a otro reciente del que ya hablamos en NC&T acerca de los beneficios de la formación musical para las personas de la tercera edad.

En esa investigación anterior, a cargo de Brenda Hanna-Pladdy y Alicia MacKay, del Centro Médico de la Universidad de Kansas, se comprobó que la formación musical contribuye de manera importante a mantener la destreza mental global en la vejez.

En el nuevo estudio, llevado a cabo por el equipo de Nina Kraus, directora del Laboratorio de Neurociencia Auditiva de la Universidad del Noroeste, en Estados Unidos, se ha comprobado que mantener una actividad musical a lo largo de la vida (por ejemplo, tocar con regularidad un instrumento musical) parece conferir ventajas claras en al menos dos funciones importantes que suelen sufrir mermas con la edad: la memoria auditiva y la capacidad de entender las palabras en un entorno ruidoso.

Alexandra Parbery-Clark, Dana Strait, Samira Anderson, Emily Hittner y Kraus han constatado que, en comparación con sus homólogos sin formación musical, los músicos destacan por su buena memoria auditiva y su notable capacidad para entender palabras en ambientes ruidosos.

La dificultad para captar las palabras en medio del ruido es una de las quejas más comunes de las personas mayores sobre su capacidad auditiva. Es bien sabido que dos adultos con prácticamente el mismo perfil auditivo pueden en cambio presentar variaciones notables en su habilidad para entender las palabras que alguien les dice si hay mucho ruido en el ambiente.




El equipo de Kraus examinó a 18 músicos y a 19 personas sin experiencia musical, unos y otros con edades comprendidas entre los 45 y los 65 años. Los rasgos analizados fueron la habilidad de entender palabras en un entorno ruidoso, la memoria auditiva de trabajo, la memoria visual de trabajo y el procesamiento auditivo temporal.

Los músicos, que comenzaron a tocar un instrumento musical a los 9 años de edad o antes, y que siguieron tocando algún instrumento durante toda su vida, superaron de manera clara y sistemática al grupo de quienes no eran músicos. Específicamente, les superaron en todos los parámetros examinados, excepto en la memoria visual de trabajo, aspecto en el que ambos grupos mostraron una capacidad casi idéntica.

14 de julio de 2011

Las emociones pueden afectar la neurogénesis en el hipocampo


En un estudio que se publica en la revista Molecular Psychiatry se muestra cómo las emociones afectan a la memoria. En una situación de miedo, la amígdala induce en el hipocampo la generación de nuevas neuronas. Las formación de estas nuevas neuronas podría estar relacionada con el hecho de que los eventos emocionales se recuerdan de manera mucho más potente que las experiencias diarias y, además, durante más tiempo.

Para comprobar cómo las emociones pueden afectar a la neurogénesis en el hipocampo, los autores de este trabajo se centraron en la amígdala basolateral, la región que se encarga de las emociones negativas, como el estrés, la ansiedad y el miedo. Los resultados muestran que la entrada de la amígdala produce en el hipocampo la formación de nuevas neuronas a partir de una población única de células madre neurales. El hallazgo tiene importantes implicaciones para el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y otros problemas causados por la regulación defectuosa de la memoria emocional.

Tomado de http://www.neurologia.com/sec/RSS/noticias.php?idNoticia=2925

¿Cómo responde el cerebro humano a las bromas?


Una investigación, publicada en la revista Journal of Neuroscience, podría ayudar a determinar si los pacientes en estado vegetativo pueden experimentar emociones positivas. Utilizando imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf), investigadores británicos han observado lo que sucede en los cerebros de la gente normal cuando escuchan frases comunes y chistes, incluyendo juegos de palabras.

Al escanear los cerebros de 12 voluntarios sanos, se observó que las áreas de recompensa del cerebro se iluminaban en un grado mucho mayor durante las bromas que con el procesamiento del habla normal. La respuesta de recompensa aumenta en consonancia con lo divertido que los participantes encuentran cada uno de los chistes.

Conocer cómo el cerebro procesa los chistes y frases muestra cómo el lenguaje contribuye al placer que proporciona una broma. Los autores proponen que este hecho podría usarse como punto de referencia para comprender cómo las personas que no pueden comunicarse normalmente, sí que reaccionen a las bromas.

Tomado de http://www.neurologia.com/sec/RSS/noticias.php?idNoticia=2939