18 de octubre de 2012

Nobel por la memoria celular



Robert J. Lefkowitz, de la Universidad de Duke, y Brian K. Kobilka, de la Universidad de Stanford, ambos de nacionalidad estadounidense, fueron galardonados con el Premio Nobel de Química 2012 por sus estudios de la familia de receptores acoplados a proteínas G, que forman parte de las células y les permiten estar en contacto con su entorno y adaptarse a los cambios, en una especie de memoria.

Estas proteínas vienen en pares, por lo el nombre dado por los científicos es Receptores Acoplado de Proteínas G (GPCR, por sus siglas en inglés).

Así, las proteínas G son uno de los componentes biomoleculares más importantes en un organismo vivo, pues se trata de las respuestas fisiológicas que permiten percibir, sentir, interpretar y vivir el entorno en un ser vivo.

En pocas palabras, las encargadas de responder como organismos vivos ante la realidad física.

Lefkowitz empezó a usar la radiactividad en 1968 aplicada a sus estudios de biología molecular. Concretamente, acopló un isótopo de iodina a varias hormonas y descubrió, entre otros, un receptor para la adrenalina, el beta-adrenérgico, que entre otras cosas interviene en la respuesta al estrés.

En 1980, Kobilka se incorporó al equipo para aislar el gen que codificaba este receptor. Descubrieron que era similar a otro existente en las células de la retina del ojo que son sensibles a la luz (rodopsina).

De esta manera, tanto la rodopsina como el beta-adrenérgico son GPCR.
Hoy se conocen cientos de miembros de esta familia de receptores, que son sensibles a la luz, el sabor, los olores, la adrenalina, la histamina, la dopamina (neurotransmisor del placer) o la serotonina (neurotransmisor del bienestar), entre otros estímulos.

A este fenómeno, el de activar varias respuestas fisiológicas, se le llama selección funcional.
Se estima que más del 50 por ciento de los medicamentos actuales tienen como diana receptores unidos a proteínas G.

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