Investigadores de la inteligencia animal se han dedicado a averiguar si los animales pueden reconstruir eventos pasados e imaginarse a sí mismos en futuros escenarios, o si es algo que solo los humanos podemos hacer.
El neurocientífico Endel Tulving analizó desde 1983 la memoria episódica humana; o sea, cómo la mente tiene la capacidad de recrear momentos concretos de su pasado e imaginarse en el futuro.
En 1997, Thomas Suddendorf y Michael Corballis, de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, inventaron la expresión “viaje mental en el tiempo”, y descubrieron que esta podría ser una de esas características cognitivas que distinguen al Homo sapiens.
Cada vez crece el número de expertos que creen que otras especies pueden recordar sucesos tiempos y lugares específicos, más allá del conocido comportamiento aprendido.
Un elefante que recuerde a alguien que le hizo daño no significa que sepa acomodar ese suceso en la línea de tiempo respecto a otros episodios de su vida. Esto es difícil de probar porque los humanos podemos verbalizar nuestra memoria y nuestros planes, no los animales.
Lo que creen que los animales tienen memoria episódica se basan, en hechos como en que los delfines son capaces de repetir la última acrobacia que acaban de hacer, porque la distinguen en el tiempo. Y al parecer las palomas y las ratas también.
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