20 de julio de 2011

Ratifican que los recuerdos falsos poseen menor riqueza de detalles sensoriales y de otro tipo

"Decir la verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad" es la máxima que rige todo testimonio legal. Pero ¿y si el testigo recuerda algo que en realidad no ocurrió? La memoria es muy voluble, y hay muchos factores que pueden influir en ella, incluyendo el modo en que se hacen las preguntas. A menudo recordamos impresiones generales y no los detalles exactos de un suceso, y usamos sin darnos cuenta esas impresiones para rellenar los vacíos, creando a veces recuerdos de cosas que nunca han ocurrido.

Ahora, unos investigadores de la Universidad de Cornell han descubierto un modo de distinguir entre recuerdos verdaderos y falsos usando métodos que podrían acabar resultando muy útiles en los juzgados.

Cuando se le toma declaración a un testigo, no se suele evaluar debidamente la información proveniente de detalles sensoriales específicos de los recuerdos del sujeto. Según los resultados del nuevo estudio, si esa evaluación se hiciera bien y a fondo, ello podría ayudar a las autoridades a distinguir entre los hechos y la ficción.

El estudio muestra que cuando una persona recuerda algo que realmente sucedió, se acuerda de los detalles con mayor facilidad, con mayor intensidad y con mayor confianza que cuando recuerda algo que no ocurrió.






La investigación la han realizado Valerie Reyna, profesora de Desarrollo Humano en la Universidad de Cornell, Charles Brainerd, profesor de la misma especialidad en esa universidad y además de Derecho, y Tammy Marche de la Universidad de Saskatchewan, Canadá.

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