Ahora, unos investigadores de la Universidad de Cornell han descubierto un modo de distinguir entre recuerdos verdaderos y falsos usando métodos que podrían acabar resultando muy útiles en los juzgados.
Cuando se le toma declaración a un testigo, no se suele evaluar debidamente la información proveniente de detalles sensoriales específicos de los recuerdos del sujeto. Según los resultados del nuevo estudio, si esa evaluación se hiciera bien y a fondo, ello podría ayudar a las autoridades a distinguir entre los hechos y la ficción.
El estudio muestra que cuando una persona recuerda algo que realmente sucedió, se acuerda de los detalles con mayor facilidad, con mayor intensidad y con mayor confianza que cuando recuerda algo que no ocurrió.
La investigación la han realizado Valerie Reyna, profesora de Desarrollo Humano en la Universidad de Cornell, Charles Brainerd, profesor de la misma especialidad en esa universidad y además de Derecho, y Tammy Marche de la Universidad de Saskatchewan, Canadá.
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