17 de octubre de 2014

Ensoñación, memoria y emociones

Recomendación

Artículo
Generación y funciones de los ensueños

Resumen
Introducción. En la última década han aumentado considerablemente las publicaciones sobre los ensueños, lo que refleja el interés de varios campos de la neurociencia por el tema. En este trabajo se revisan las principales teorías científicas que han contribuido al conocimiento de cómo se producen y cuál es su función. Desarrollo. Se expone la evolución de su estudio científico, siguiendo el enfoque neurofisiológico y el neurocognitivo. El primero busca determinar los mecanismos neurobiológicos que los generan y las estructuras cerebrales implicadas; el segundo considera los ensueños un tipo de cognición en interacción con el de vigilia. Se examinan diversas hipótesis sobre la función de los ensueños, en particular las que les atribuyen un papel en la consolidación de la memoria y la regulación del estado emocional. Conclusiones. Aunque no se ha determinado con exactitud cómo se generan los ensueños, los datos neurobiológicos resaltan la importancia de los núcleos pontinos del tronco cerebral, diversos sistemas de memoria, el sistema límbico y el sistema de recompensa cerebral y diversas áreas neocorticales. Los datos neurocognitivos subrayan la relación entre el procesamiento cognitivo y emocional que ocurre durante la vigilia y durante el sueño, así como la influencia del entorno en el contenido de los ensueños. Respecto a su función, cabe destacar su valor adaptativo, al contribuir al reprocesamiento de la información adquirida en vigilia y al control de las emociones. Esto sugiere que los ensueños participan en el desarrollo de las capacidades cognitivas.



14 de octubre de 2014

Intromisión en la recordación

Psicólogos de la Universidad Noroccidental han demostrado que cada vez que se evoca un suceso, el cerebro altera el recuerdo integrando en él nueva información tal vez dependiendo del estado de ánimo actual, o de la actividad o del lugar de ese instante, entre otros factores.

El momento en que se reclama el recuerdo puede también degradarlo, según trabajos de la Universidad estatal de Iowa. Los probandos vieron un episodio de 24 (serie televisiva estadounidense) en el que un terrorista blandía una aguja durante un ataque. A una parte de los sujetos se les preguntó sobre la escena; después todos oyeron una recapitulación, en la que se afirmaba, erróneamente, que el arma era una pistola paralizante. Solo quienes al ser preguntados afirmaron que se trataba de una aguja tuvieron más tarde dificultad en recordar el arma.

Neurocientíficos del Instituto de Tecnología de Massachusetts han implantado falsas memorias en ratones. En un inicio, los roedores aprendieron a distinguir entre un refugio seguro y otro que no lo era (en él recibían de cuando en cuando una descarga eléctrica). Más tarde, cuando los ratones se encontraban en la jaula peligrosa, los experimentadores les activaron el recuerdo de la estancia segura mediante una sonda óptica. Al día siguiente, al entrar en la cámara segura, los ratones se quedaron clavados en su sitio (señal de miedo), a pesar de que allí nunca sufrieron descargas.

Un estudio reciente en la Universidad Emory sugiere que pueden heredarse los recuerdos de nuestros padres; incluso de nuestros abuelos. Los experimentadores entrenaron a ratones para que temblaran asustados al percibir cierto olor. Los hijos, también los nietos de estos ratones, exhibieron la misma reacción a ese aroma, pese a no haberlo olido nunca.

Un «latigazo» de cafeína, equivalente a una taza grande de café (35 cl), facilitó que probandos de la Universidad Johns Hopkins recordaran mejor los datos que acababan de aprender. No obstante, es posible que el efecto solo se dé en las personas que no toman cafeína habitualmente.

Tomado de: http://www.investigacionyciencia.es/revistas/mente-y-cerebro/numeros/2014/9/intromisin-en-la-recordacin-12370?utm_source=boletin&utm_medium=email&utm_campaign=Psicolog%25C3%25ADa+y+neurociencias+-+Octubre