29 de agosto de 2014

Descubren el secreto para revertir los recuerdos negativos

Los recuerdos negativos debido a traumas del pasado pueden provocar que una persona quede marcada, emocionalmente, de por vida.

Sin embargo, ahora un grupo de neurocientíficos cree que pueden “borrar” sentimientos de temor o ansiedad ligados a eventos estresantes en un gran avance que podría ayudar a tratar la depresión y el desorden de estrés postraumático.

Según reseñó el medio británico The Telegraph, investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) descubrieron cuáles son los circuitos del cerebro que enlazan las emociones a las memorias y, lo más importante, cómo revertir esa conexión.

Los científicos lograron “apagar” los sentimientos de temor en ratones que ya habían sido condicionados a sentirse ansiosos. De acuerdo con el reporte, es muy probable que la misma técnica funcione en humanos.

“En nuestro diario vivir, nos encontramos con una variedad de eventos y episodios que tienen un impacto positivo o negativo sobre nuestras emociones”, explicó Susuma Tonegawa, profesora de Biología y Neurociencia en MIT.

“Es que las emociones están íntimamente relacionadas con recuerdos de eventos pasados. No obstante, el valor emocional de una memoria es maleable. Recordar una memoria no es como tocar una grabadora. Es más como un proceso creativo”, añadió.

Tonegawa señaló que los circuitos cerebrales parecen ser muy parecidos entre ratones y humanos en lo que se refiere a la formación de recuerdos y emociones a base de esos recuerdos. “Por lo tanto, una tecnología similar podría estar disponible para las personas”.

En el experimento con ratones, la profesora explicó que descubrieron que pueden controlar las emociones y la dirección de la memoria. “Pudimos intercambiar los recuerdos de los ratones de negativos a positivos y de positivos a negativos”.

Esta es la primera vez que científicos logran demostrar cuáles circuitos del cerebro son responsables de las emociones negativas y positivas y, más aún, que logran revertirlas.

Por esta razón, los investigadores se expresaron esperanzados en que este descubrimiento lleve a encontrar una cura para la depresión y para el desorden de estrés postraumático sin la necesidad de medicamentos.

“No es algo que podemos hacer la próxima semana, pero estamos ahora desarrollando una variedad de métodos para lograr la estimulación de las células del cerebro humano”, añadió Tonegawa.

La investigación fue publicada en la revista científica Nature.

Tomado de: http://www.elnuevodia.com/descubrenelsecretopararevertirlosrecuerdosnegativos-1842839.html

12 de agosto de 2014

Por qué olvidan los niños pequeños

No resulta difícil recordar sucedidos de hace muchos años (cumpleaños, graduaciones, visitas a la abuela). Pero ¿quién se acuerda de cuando era un niño pequeño? Desde hace más de un siglo se intenta descubrir la causa de la «amnesia infantil». Sigmund Freud la veía en la represión de las experiencias sexuales tempranas, idea hoy desacreditada. En fecha más reciente, se ha atribuido a que los niños carezcan de la percepción de sí mismos, o de lenguaje, o de algún otro equipamiento mental necesario para codificar los recuerdos.

Los neurocientíficos Paul Frankland y Sheena Josselyn, del Hospital de Niños Enfermos de Toronto, no creen que lo lingüístico o el sentido de uno mismo ofrezcan tampoco una buena explicación. Los humanos no son los únicos que experimentan la amnesia infantil: los ratones y los monos olvidan también su primera infancia. Para explicar esta semejanza, Frankland y Josselyn tienen otra teoría: el rápido nacimiento de muchas neuronas nuevas en el cerebro infantil bloquea el acceso a los viejos recuerdos.

En un nuevo experimento, manipularon el ritmo al que proliferan las neuronas del hipocampo en ratones jóvenes y adultos. El hipocampo es la región cerebral que registra los acontecimientos autobiográficos. Los ratones infantiles a los que se les refrenaba la formación de neuronas mostraban mejor memoria a largo plazo. Por el contrario, los ratones de mayor edad, a los que se les aumentaba, sufrían la desmemoria.

Basándose en esos resultados, publicados en Science en mayo, Frankland y Josselyn piensan que la rápida formación neuronal en la primera niñez perturba los circuitos cerebrales que guardan los recuerdos antiguos, que así se vuelven inaccesibles. Los niños pequeños no tienen, además, desarrollada aún del todo la corteza prefrontal, otra región del cerebro que codifica recuerdos, de modo que la amnesia infantil quizá sea una combinación de estos dos factores.

Conforme envejecemos, la neurogénesis se frena y el hipocampo alcanza un equilibrio entre la formación y la retención de recuerdos. Claro está, seguimos olvidando mucho, pero quizá sea bueno. «La triste verdad es que la mayor parte de lo que hacemos en la vida es bastante prosaico», comenta Frankland. «Esta es la idea: para una sana memoria adulta se requiere no solo que se pueda recordar, sino también borrar los recuerdos sin importancia». Como todo ese dormir, llorar y gatear. ¿Quién tiene necesidad de acordarse de ello?

Tomado de: http://www.investigacionyciencia.es/investigacion-y-ciencia/numeros/2014/8/por-qu-olvidan-los-nios-pequeos-12268?utm_source=boletin&utm_medium=email&utm_campaign=Psicolog%C3%ADa+y+neurociencias+-+Agosto

4 de agosto de 2014

El colesterol cerebral es una pieza clave en el aprendizaje y la memoria

Existe una relación directa entre déficits cognitivos vinculados a la edad, como el ocasionado por el Alzheimer, y la reducción del colesterol de la membrana neuronal.

Una característica del envejecimiento en el ser humano es la disminución de la capacidad cognitiva. El hipocampo, una estructura cerebral fundamental en la formación de la memoria y los procesos de aprendizaje, es particularmente sensible al paso de los años. Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han participado en un estudio que sugiere que algunos de los déficits cognitivos que ocurren con la edad pueden deberse a la pérdida de colesterol de la membrana neuronal. 

En el trabajo, publicado en la revista EMBO Molecular Medicine, se señala que el envejecimiento va acompañado de una paulatina pérdida del colesterol de la membrana de las neuronas del hipocampo. Esto determina que una proteína denominada Akt, que participa en procesos relacionados con el crecimiento y la supervivencia celular, se mantenga en un estado persistentemente activo, impidiendo que las neuronas respondan a nuevos estímulos que llevan a la formación de la memoria.
En el laboratorio, los científicos elevaron los niveles de colesterol en las neuronas hipocampales viejas y los situaron a los niveles de las neuronas jóvenes. Así, los investigadores comprobaron que todos sus parámetros mejoraron. “Este trabajo contribuye a comprender las bases fisiológicas de los déficits cognitivos que acompañan el envejecimiento”, explica Carlos Dotti, investigador del Centro de Biología Molecular, centro mixto del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid.

“Estamos un poco más cerca de determinar hasta qué punto los cambios observados durante el envejecimiento normal son responsables de los déficits cognitivos profundos como los que caracterizan la enfermedad de Alzheimer”, añade Dotti. El investigador confía en que este hallazgo permita desarrollar estrategias para reducir la pérdida de colesterol neuronal durante el envejecimiento y prevenir de este modo la aparición de los déficits cognitivos de la edad o bien reducir su intensidad. “Descubrir las causas de la pérdida constitutiva de colesterol neuronal a medida que envejecemos es el siguiente desafío”, apunta Dotti.
En este estudio también ha participado el departamento de Neurobiología Funcional y de Sistemas del Instituto Cajal, también del CSIC.

Tomado de: http://xornalgalicia.com/index.php?name=News&file=article&sid=97299

3 de agosto de 2014

Valor de la Memoria


La memoria histórica es un concepto de relativa actualidad y por cierto, muy debatido, porque sin dudas los que se esfuerzan en su investigación,  están influenciados por experiencias en las que están presentes actos de violencia política, represión gubernamental, persecuciones y otros acontecimientos contrarios a los de una sociedad democrática y en paz.

La Memoria Histórica es individual y colectiva. Es esa parte de la historia que ejerce una influencia directa y que algunos pueden recordar porque la vivieron o conocieron sus actores.

El rescate de esa Memoria es el esfuerzo por conservar una visión de conjunto de lo experimentado por la comunidad, un análisis de lo acaecido,  sus motivaciones y consecuencias.

Los testimonios de los actores y/o testigos, son la base de la memoria histórica, una fuente invaluable de conocimientos que aproxima al investigador a los acontecimientos.

Por supuesto, que conocer el pasado no es un antídoto contra los errores ni bálsamo para la necesaria tolerancia entre las partes que participaron en un conflicto, pero la ignorancia es una condición que favorece una conducta irreflexiva que arrastra al abuso y en consecuencia nuevas víctimas y victimarios.

La  acción devastadora de una dictadura, particularmente la ideológica, penetra los puntos más recónditos de la sociedad y del ser humano, por eso es tan abarcadora la memoria que genera.

Las acciones por remotas que hayan sido, y sus consecuencias,  inciden constantemente en el quehacer de todos los días, porque al igual que los factores genéticos que en cierta medida determinan el estado de salud de los ejemplares de la especie, los actos del pasado ejercen una influencia definida sobre la sociedad.

El rescate de la Historia no debe tener como objetivo la venganza, sino el conocimiento que impida incurrir en los excesos que otros cometieron. Debe tener como objetivo una especie de  ejemplo-advertencia  de lo que puede suceder cuando el hombre  pierde la capacidad de respetar la dignidad de otro ser humano.

El conocimiento de la historia es un justo y conveniente instrumento que debe formar parte del arsenal intelectual que posee el individuo, y factor vital en la gestión de los que se dediquen a la cosa pública.

Para lograr esto, la Memoria Histórica es el instrumento adecuado  porque las personas  que han sido sometidas a un régimen de fuerza,  en el que  la conciencia individual y colectiva ha sido manipulada y usada para estructurar una verdad oficial, necesitan conocer la realidad de todos y no la de una de las partes.

Hay que evitar que la amnesia impuesta se convierta en voluntaria. Se debe recobrar la memoria. No una evocación adulterada. Si se decide enfrentar el pasado debe ser con el compromiso de  respirarlo todo, airear lo que conviene y lo que perjudica.

La memoria es necesaria porque hay  que descartar  la impunidad. Los victimarios están obligados al menos a ofrecer una reparación moral a sus víctimas, ya sea por público arrepentimiento de sus actos o por la abjuración de los principios que defendían.

Los abusos, los crímenes, deben ser aclarados porque el mejor mensaje para el presente y el futuro, es que ningún ciudadano está al margen de  la justicia, que no hay impunidad.

Después de  aceptar las responsabilidades se está en capacidad para enfrentar asuntos vitales como la reconciliación y el perdón, pero ningún argumento debe ser usado para someter al silencio al que no quiera callar.

Es un derecho de la víctima denunciar y acusar a sus victimarios, si esa es su voluntad. Ningún ciudadano debe dictarle a otro lo que debe hacer con el pasado que le tocó vivir. Esa es una decisión individual que la sociedad debe respetar. Hay un derecho inalienable a la memoria personal y familiar que todos debemos honrar.

No debe haber espacio para lo que se denomina políticamente correcto, sino para lo que es justo. Hay un vínculo indisoluble entre el pasado y el presente  y por eso el futuro a construirse debe sustentarse sobre la voluntad del ciudadano y  no por la decisión de grupos poderosos o corrientes oportunistas.

Siempre habrá personas e instituciones que pongan reparos a la memoria histórica  planteando que lo importante es mirar al futuro y no hacia atrás, porque hurgar el pasado abre heridas y puede motivar exigencias legales y hasta personales,  lo que es cierto,  pero es un riesgo que vale la pena correr si se quiere evitar cometer los errores  que se quieren sepultar.

Hay quienes opinan  que  sacrificar aspiraciones de justicia  en beneficio de la convivencia de todos, es lo más prudente, pero  el silencio es potestativo de la víctima y nadie debe abrogarse el derecho de imponer silencio a los que padecieron los abusos de los déspotas.

Tomado de: http://www.martinoticias.com/content/valor-de-la-memoria/39227.html