31 de marzo de 2013

Es posible no pensar en un elefante

Expertos del Centro Vasco sobre Cognición, Cerebro y Lenguaje y de la Universidad de la Universidad de California han mostrado por primera vez la red de regiones cerebrales que permiten la interacción entre el área prefrontal lateral y el hipocampo durante el control de memorias.





No pienses en un elefante es el título de un influyente libro, publicado por George P. Lakoff, que ha inspirado estrategias electorales de varias elecciones presidenciales estadounidenses.

Basado en recientes teorías neurocientíficas de investigadores como Daniel Wegner, sostiene que es imposible reprimir voluntariamente los recuerdos. Al estilo de la represión freudiana, por mucho que intentemos eliminar el elefante de la memoria, siempre aparecerá ahí.

Sin embargo, en los últimos años estas teorías han sido puestas en cuestión por estudios que muestran que memorias aprendidas recientemente pueden resultar temporalmente inhibidas cuando los participantes intentan suprimirlas de forma activa y repetida.

Ahora, una investigación recientemente publicada en el Journal of Neuroscience, dirigida por Kepa Paz-Alonso, científico del Centro Vasco sobre Cognición, Cerebro y Lenguaje (BCBL por sus siglas en inglés), muestra la red de regiones cerebrales implicadas en la capacidad de suprimir memorias.

Además, el estudio realizado en colaboración con Silvia Bunge, del Instituto de Neurociencias Helen Wills de la Universidad de California en Berkeley (EE UU), prueba que lo que diferencia a las personas capaces de suprimir sus memorias y las personas que no lo son es una característica fisiológica: la fortaleza de la conexión entre las regiones de esta red cerebral.

Dicha fortaleza, que une el hipocampo con el área pre-frontal lateral a través de la corteza cingulada y el lóbulo parietal, parece ser la condición necesaria para que una persona sea capaz de dañar voluntariamente un recuerdo recientemente adquirido, de modo que sea más difícilmente de recuperar por el cerebro.

Para probar esta tesis, Paz-Alonso y sus colegas desarrollaron pruebas conductuales y de resonancia magnética -una técnica que permite examinar las regiones cerebrales que se activan mientras estamos haciendo una determinada tarea-.

Durante estas pruebas, se presentaban inicialmente a los participantes pares de palabras (por ejemplo clavo-fotografía o asiento-tren) que tenían que aprender. Una vez aprendidos, dentro de la resonancia magnética funcional, se les presentaba la primera palabra de los pares y se les pedía que recordaran la palabra asociada o intentaran no pensar en ella.

De este modo, se realizaba un seguimiento de las redes del cerebro que se activan al recordar y suprimir exitosamente o no un recuerdo. Finalmente, se presentaba a los participantes una prueba de memoria en la que se les pedía que intentaran recordar todas las palabras inicialmente estudiadas y poder así examinar quienes habían sido capaces de suprimir sus recuerdos.

Gestionar recuerdos a voluntad

"El resultado de las pruebas", según Paz-Alonso, "mostró que lo realmente determinante para que una persona sea capaz de suprimir un determinado recuerdo es la conexión funcional entre el hipocampo y el área pre-frontal lateral de su cerebro". Los resultados de los tests realizados indicaron que "esta red está más activa cuando se inhiben intencionalmente recuerdos en comparación con cuando los mismos son simplemente olvidados".

A pesar de que las personas muestran la capacidad para inhibir recuerdos, estos estudios no implican necesariamente que estas experiencias hayan sido borradas de la memoria, pero sí que al menos temporalmente las mismas pueden quedar dañadas y, por lo tanto, ser más difíciles de recuperar.

La relevancia de esta capacidad del cerebro consiste en que las personas que la tienen pueden gestionar la atención de su mente más eficazmente para abandonar ciertos recuerdos a voluntad y así poder enfocar su atención en otros asuntos. Además, esta capacidad puede ser susceptible de mostrar mejoras mediante su entrenamiento.

Potencialmente y con más investigación en este campo, pueden desarrollarse programas de entrenamiento dirigidos a personas sanas y pacientes con ciertos trastornos, como por ejemplo estrés post-traumático, que favorezcan el desarrollo de estrategias de control mnémico y permitan una regulación más eficiente de los recuerdos y de su influencia en la conducta y pensamiento.

Tomado de: http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/1642285/sociedad+salud/es-posible-no-pensar-en-un-elefante#.UVjOqxxdDSg

Ratones con células cerebrales humanas implantadas se hacen más inteligentes

Ratones recién nacidos con células cerebrales humanas trasplantadas aprenden mejor y tienen más memoria que los ratones normales a los que no se les suministró esas células que rodean las neuronas, según las conclusiones de una investigación publicada en la revista 'Cell Stem Cell'. Los resultados indican que estas células de apoyo, denominadas glia, desempeñan un papel importante en la cognición humana.

Ratones recién nacidos con células cerebrales humanas trasplantadas aprenden mejor y tienen más memoria que los ratones normales a los que no se les suministró esas células que rodean las neuronas, según las conclusiones de una investigación publicada en la revista 'Cell Stem Cell'. Los resultados indican que estas células de apoyo, denominadas glia, desempeñan un papel importante en la cognición humana.

A medida que el cerebro humano evoluciona, las células glia se hacen mucho más grandes y más variadas que en los cerebros de los roedores. Aunque no conducen impulsos eléctricos como hacen las neuronas, estas células pueden modular la actividad neuronal, lo que lleva a los investigadores a preguntarse cómo estos cambios evolutivos han beneficiado a los seres humanos.

"Para evaluar la contribución específica de glia en el procesamiento y la plasticidad neuronal y las ventajas, en su caso, de las células en la cognición humana, injertamos células progenitoras gliales humanas en el cerebro de ratones recién nacidos y esperamos a que los ratones llegaran a la edad adulta", explica el doctor Steve Goldman, quien junto con su colaborador el doctor Maiken Nedergaard, dirige el Centro de Neuromedicina Traslacional del Centro Médico de la Universidad de Rochester (Estados Unidos).

"A continuación, evaluaron tanto las medidas neurofisiológicas y conductuales del aprendizaje y la memoria, al ver que los ratones injertados exhibieron un aprendizaje más rápido", continúa Goldman. Las conexiones neuronales en el cerebro también demostraron características de mejora del aprendizaje.

Estos hallazgos indican que la glia humana difiere funcionalmente de los cerebros de los roedores y contribuye significativamente al aprendizaje. "Por lo tanto, nuestros resultados sugieren que la evolución de la cognición humana puede reflejar el desarrollo humano de forma específica y la función glial", resume el doctor Goldman.En un estudio paralelo publicado en la revista a principios de febrero, este investigador y su equipo informaron que de manera eficiente pueden generar células gliales progenitoras a partir de células humanas de la piel reprogramadas en células pluripotentes inducidas.

Como resultado, los científicos son ahora capaces de establecer las células gliales progenitoras en una base específica del paciente a partir de individuos con enfermedades cerebrales, incluyendo un número de trastornos neuropsiquiátricos y neurológicos que son relativamente específicos para los seres humanos.

Al implantar estas células en ratones, tal como lo hicieron en este último estudio, los investigadores pueden evaluar el papel de las células gliales en estos trastornos, así como las estrategias de prueba de diferentes tratamientos que se dirigen a la función glial anormal. De hecho, se están realizando experimentos con células de pacientes con esquizofrenia y la enfermedad de Huntington.

Tomado de: http://noticias.lainformacion.com/ciencia-y-tecnologia/investigacion/ratones-con-celulas-cerebrales-humanas-implantadas-se-hacen-mas-inteligentes_0MYLv3WSa2MbRCE5GQaHS3/

Los fetos tienen memoria


Así lo afirma un estudio que nos llega desde Holanda


Cuanto más sabemos sobre la vida humana antes del nacimiento más podemos afirmar la continuidad a lo largo de todo el proceso de crecimiento de ese ser humano con ADN único e irrepetible que inicia su andadura en el momento de la concepción. Lo último nos llega desde el Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Maastricht y del Hospital Universitario St. Radboud, ambos en Holanda. Allí han realizado un estudio en un centenar de mujeres embarazadas y en sus fetos basado en la estimulación sensorial. El resultado: los niños aún no nacidos tienen memoria al menos desde la semana 30 de gestación, y son capaces de almacenar información y usarla cuatro semanas después.

El experimento consistió en aplicar un zumbido en la barriga de las mujeres con un "estimulador vibroacústico fetal", un dispositivo empleado para medir las pulsaciones del corazón y el estado general de un nonato, en cinco ocasiones durante las últimas ocho semanas de embarazo. Las respuestas del niño, principalmente con ojos, boca y movimientos del cuerpo, se monitorizaron con imagen por ultrasonido para medir el proceso de "aprendizaje fetal". Los investigadores han encontrado que los fetos se acostumbraban a los sonidos y vibraciones hasta el punto que llegan a familiarizarse con ellos y ya no reaccionan a los mismos, un proceso que se conoce como "habituacion". “El estímulo es aceptado entonces como seguro por parte del niño”, señala el informe.

El equipo investigador también encontró que los pequeños sujetos del experimento mejoraban en sus habilidades con el paso del tiempo: los fetos de entre 34 y 36 semanas claramente mostraban su familiaridad con el zumbido. “El feto recuerda el estímulo y el número de estímulos necesarios para que el feto se habitúe es entonces mucho menor”, afirma el estudio.

Las ecografías por ultrasonido en 3D cambiaron definitivamente nuestro modo de ver al niño no nacido, ahora descubrimos nuevas cualidades que nos confirman que estos niños, aunque no han salido aún de la barriga de sus madres, son plenamente niños, en un momento de su desarrollo concreto del que, además, cada vez descubrimos que suceden cosas que hace años ni imaginábamos.

Afirmar hoy en día aquello tan viejo de que el feto es un amasijo de células o de que forma parte del cuerpo de la mujer es tan insostenible que sólo se puede afirmar desde la voluntad consciente de sostener una mentira. Confiemos en que cada vez más personas acepten sencillamente lo que la ciencia corrobora cada vez con mayor fuerza.

Tomado de: http://www.intereconomia.com/blog/vida-inteligente/los-fetos-tienen-memoria-20130307

20 de marzo de 2013

Los casos de enfermedad de Alzheimer podrían triplicarse en 40 años


El número de personas con enfermedad de Alzheimer (EA) podría triplicarse en los próximos 40 años, según las estimaciones de un estudio publicado en la revista Neurology. El trabajo ratifica los datos que se manejan desde hace al menos una década y enfatiza la necesidad de fomentar la investigación y las estrategias preventivas.

Según los autores, el marcado incremento no se debe a un aumento del riesgo general de padecer este tipo de demencia, sino al esperado envejecimiento de la población. La generación del baby boom está envejeciendo, y eso implica un mayor porcentaje de personas mayores y una mayor susceptibilidad de padecer trastornos como la EA.

Los investigadores realizaron un seguimiento durante ocho años de 10.800 personas mayores de 65 años. Además de evaluar si en ese periodo desarrollaban demencia, también tuvieron en cuenta la edad, la raza y el nivel de educación, entre otros factores.

El análisis arrojó un incremento considerable en las previsiones. En el año 2050, el número de personas con EA en Estados Unidos podría ser de 13,8 millones, la mitad de las cuales mayores de 85 años. Estos datos coinciden con las últimas estimaciones que se han realizado en España.

Tomado de: http://www.neurologia.com/sec/RSS/noticias.php?idNoticia=3959

18 de marzo de 2013

La falta de la confianza en la memoria prospectiva se relaciona con las compulsiones de comprobación


Estudios correlacionales han demostrado que existe una conexión entre la memoria prospectiva y las compulsiones de comprobación, uno de los síntomas más comunes del Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC).

La memoria prospectiva hace referencia a recuerdos sobre acciones que se tienen pensado o planificado, como recoger a alguien, apagar la luz al salir o felicitar a alguien en su próximo e inminente cumpleaños.

Existe evidencia de que la presencia de creencias negativas y falta de confianza en la memoria prospectiva puede contribuir a la aparición de dudas intrusivas acerca de tareas que no se sabe si realizaron y conducir a ejecutar conductas de comprobación.

En un reciente estudio publicado en la Revista Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry por psicólogos de Vancouver y Montreal, se sometió a prueba experimental la hipótesis de que la falta de confianza en la memoria prospectiva causa un aumento de la duda y moviliza a la persona a comprobar.

Se manipuló la confianza en la memoria prospectiva a través de una tarea de feedback. Los participantes que recibían un feedback negativo acerca de su memoria prospectiva mostraban mayores niveles de duda y urgencia por comprobar, que aquellos que recibían feedback positivo.

La principal limitación del estudio es que utiliza muestra no clínica, desechándose aquellos participantes con altos niveles de ansiedad y depresión.

Para saber más:

Cutter, C.; Sirois, V.; Alcolabo, G.M.; Radomsky, A.S & Taylor, S. (2013). Diminished confidence in prospective memory causes doubts and urges to check. Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry, 44(3): 329-334.

Tomado de: http://noticias-psicologia.cpaaronbeck.com/2013/03/memoria-prospectiva-compulsiones-comprobacion/

14 de marzo de 2013

Of two Minds



Tomado de: http://www.scientificamerican.com/article.cfm?id=split-brain-patients-reveal-brains-flexibility&WT.mc_id=SA_CAT_MB_20130313

13 de marzo de 2013

Chocolate, el mejor amigo del cerebro

Estudios recientes demuestran que la cocoa podría estar repleta de compuestos que aumentan el desempeño cerebral.


Estudios recientes demuestran que la cocoa podría estar repleta de compuestos que aumentan el desempeño cerebral.

Científicos de la Universidad de L'Aquila, en Italia, trabajaron conjuntamente con colegas de Mars, Inc. para comprobar el efecto de la cocoa sobre el encéfalo y su actividad.

Y es que la cocoa contiene compuestos conocidos como flavonoides, metabolitos secundarios producidos por las plantas que son benéficos para el ser humano. En plantas, los flavonoides sirven para proteger a las hojas de la luz ultravioleta y para teñirlas con sus colores característicos.

En el ser humano, los flavonoides han demostrado brindar una gama de beneficios. Al limitar la acción de radicales libres (oxidantes), los flavonoides aumentan la actividad de la vitamina C, previenen cataratas, son anticancerígenos, mejoran la circulación, disminuyen el colesterol, protegen al sistema digestivo e inclusive desinflaman. Y al parecer, ahora, también mejoran el rendimiento de la cognición.

La investigación actual monitoreó a 90 individuos con deficiencias cognitivas leves (que pueden ser precursores de Alzheimer) durante ocho semanas. Continuamente los individuos eran sometidos a pruebas que medían su capacidad cognoscitiva, analizando factores como fluidez verbal, búsquedas visuales y niveles de atención. Al terminar, encontraron que los sujetos que bebían cocoa con una cantidad moderada a elevada de flavonoides de manera diaria demostraban una función cognitiva superior a los que consumían pocos flavonoides.

Un flavonoide en particular cobró notoria relevancia en el estudio: la epicatequina negativa. Investigaciones previas con este flavonoide comprueban que entre sus efectos, pareciera mejorar la memoria. El octubre pasado, el Journal of Experimental Biology publicó un estudio en el que se descubrió que caracoles expuestos a epicatequina negativa recordaban mejor el hábito aprendido de aguantar la respiración en agua desoxigenada que aquellos que no tenían acceso al compuesto: Los caracoles expuestos recordaban el hábito por más de un día, mientras que los no expuestos apenas lo recordaban durante tres horas.

La mala noticia es que el chocolate que se encuentra de manera comercial en los supermercados ha perdido la mayor parte de los flavonoides originales que contiene la cocoa al ser procesada. Media libra de chocolate común contiene apenas 50 miligramos de flavonoides, una cantidad insuficiente para ser benéfica. Esto implicaría que uno tendría que consumir entre diez y veinte barras de chocolate al día para adquirir la dosis utilizada en el estudio de la Universidad de L'Aquila. Con estas cantidades, probablemente el problema de salud a enfrentar no será el Alzheimer, sino un sobrepeso mórbido que puede desencadenar problemas de colesterol y de diabetes.

Tomado de: http://www.ngenespanol.com/articulos/567804/chocolate-mejor-medicina-cerebro/

Antioxidantes del té verde y el vino tinto, contra la enfermedad de Alzheimer



Los antioxidantes, cuyos beneficios son extensamente estudiados, podrían ser la clave para prevenir y tratar la enfermedad de Alzheimer. Investigadores británicos han descubierto que los antioxidantes naturales presentes en el té verde y el vino tinto pueden interrumpir un eslabón clave en el desarrollo de la enfermedad.

Se descubrió que los antioxidantes presentes en ambas sustancias pueden alterar la forma de una proteína amiloide y evitar que interactúe con una proteína particular de la célula del cerebro. Al alterar la forma en que la proteína amiloide se agrupa, se la inhabilita a interactuar con la célula.


El equipo formó ‘bolas’ amiloideas en un tubo de ensayo y las agregó a células cerebrales de humanos y animales. Cuando se añadieron los extractos del vino tinto y el té verde, cuyos estudios recientes indican que modifican la forma de las proteínas amiloideas, las ‘bolas’ ya no dañaban las células nerviosas. Esto se debe a que su forma estaba distorsionada, por lo que ya no podían unirse al prión e interrumpían la función de la célula.


Tomado de: http://www.neurologia.com/sec/RSS/noticias.php?idNoticia=3955


Abstract del artículo:

http://www.jbc.org/content/early/2013/02/05/jbc.M112.400358.abstract

7 de marzo de 2013

How Human Memory Works



The more you know about your memory, the better you'll understand how you can improve it. Here's a basic overview of how your memory works and how aging affects your ability to remember.

Your baby's first cry...the taste of your grandmother's molasses cookies...the scent of an ocean breeze. These are memories that make up the ongoing experience of your life -- they provide you with a sense of self. They're what make you feel comfortable with familiar people and surroundings, tie your past with your present, and provide a framework for the future. In a profound way, it is our collective set of memories -- our "memory" as a whole -- that makes us who we are.

Most people talk about memory as if it were a thing they have, like bad eyes or a good head of hair. But your memory doesn't exist in the way a part of your body exists -- it's not a "thing" you can touch. It's a concept that refers to the process of remembering.

In the past, many experts were fond of describing memory as a sort of tiny filing cabinet full of individual memory folders in which information is stored away. Others likened memory to a neural supercomputer wedged under the human scalp. But today, experts believe that memory is far more complex and elusive than that -- and that it is located not in one particular place in the brain but is instead a brain-wide process.

Do you remember what you had for breakfast this morning? If the image of a big plate of fried eggs and bacon popped into your mind, you didn't dredge it up from some out-of-the-way neural alleyway. Instead, that memory was the result of an incredibly complex constructive power -- one that each of us possesses -- that reassembled disparate memory impressions from a web-like pattern of cells scattered throughout the brain. Your "memory" is really made up of a group of systems that each play a different role in creating, storing, and recalling your memories. When the brain processes information normally, all of these different systems work together perfectly to provide cohesive thought.

What seems to be a single memory is actually a complex construction. If you think of an object -- say, a pen -- your brain retrieves the object's name, its shape, its function, the sound when it scratches across the page. Each part of the memory of what a "pen" is comes from a different region of the brain. The entire image of "pen" is actively reconstructed by the brain from many different areas. Neurologists are only beginning to understand how the parts are reassembled into a coherent whole.

If you're riding a bike, the memory of how to operate the bike comes from one set of brain cells; the memory of how to get from here to the end of the block comes from another; the memory of biking safety rules from another; and that nervous feeling you get when a car veers dangerously close, from still another. Yet you're never aware of these separate mental experiences, nor that they're coming from all different parts of your brain, because they all work together so well. In fact, experts tell us there is no firm distinction between how you remember and how you think.

This doesn't mean that scientists have figured out exactly how the system works. They still don't fully understand exactly how you remember or what occurs during recall. The search for how the brain organizes memories and where those memories are acquired and stored has been a never-ending quest among brain researchers for decades. Still, there is enough information to make some educated guesses. The process of memory begins with encoding, then proceeds to storage and, eventually, retrieval.

On the next page (links), you'll learn how encoding works and the brain activity involved in retrieving a memory.








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Tomado de: http://science.howstuffworks.com/life/inside-the-mind/human-brain/human-memory.htm

6 de marzo de 2013

El sueño más ligero de los ancianos afecta su capacidad de memoria


Las capacidades de memoria declinan con la edad, por lo que es más difícil aprender nuevas tareas o recordar dónde dejó uno las llaves. Un estudio, publicado en Nature Neuroscience, sugiere que la causa reside en el sueño más ligero que acompaña al envejecimiento. Las personas mayores tienen una capacidad de recordar cosas nuevas tras dormir más de un 50% inferior en comparación con las personas jóvenes.

En el estudio, los investigadores administraron pruebas de memoria a 18 personas jóvenes (edad media: 20 años) y a 15 personas mayores (edad media: 72 años). Se monitorizó a los participantes mientras dormían y posteriormente realizaron la prueba de memoria otra vez. Tras hacer ajustes estadísticos, se halló que aunque las personas más jóvenes y las mayores eran más o menos iguales en cuanto a recordar cosas antes de dormir, la capacidad de recordar divergía tras despertar. Los adultos mayores puntuaron un 55% más bajo en la prueba de memoria.El problema parece residir en que los adultos mayores duermen menos: no sólo es importante dormir antes de aprender, sino que hay que dormir después de aprender para consolidar esas nuevas memorias y crear memorias a largo plazo.

El estudio concluye que hay motivos para apoyar un enfoque en el sueño profundo en particular: a medida que envejecemos, experimentamos más interrupciones del sueño y esto afecta la función diaria de memoria.

Tomado de: http://www.neurologia.com/sec/RSS/noticias.php?idNoticia=3941

4 de marzo de 2013

El Alzheimer podría ser el precio a pagar por la evolución humana



La mayor capacidad cognitiva del Homo sapiens 
acarrea una mayor fragilidad.

Un investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana ha formulado la hipótesis de que la enfermedad de Alzheimer sería el precio que tenemos que pagar por nuestras capacidades cognitivas. Nuestro cerebro es más complejo, pero también más frágil, metabólicamente hablando. La evolución habría seleccionado esta característica puesto que el Alzheimer sólo se desarrolla a edades tardías, irrelevantes para la reproducción.


El investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) Emiliano Bruner acaba de publicar junto con la neuropsiquiatra Heidi Jacobs, del Instituto alemán de Neurociencia y Medicina de Jülich, un trabajo en la revista Journal of Alzheimer’s Disease en el que formulan una hipótesis que integra informaciones paleontológicas y biomédicas para proponer un marco evolutivo al origen de la enfermedad de Alzheimer, y sugiere que la sensibilidad al proceso neurodegenerativo sería el precio que tenemos que pagar para tener las capacidades cognitivas peculiares de nuestra especie.

De acuerdo con la hipótesis propuesta en su artículo titulado Alzheimer's Disease: The Downside of a Highly Evolved Parietal Lobe?, dicha sensibilidad al proceso neurodegenerativo del Alzheimer es la consecuencia secundaria de la especialización y de la complejidad metabólica de nuestras áreas parietales.

“De hecho, en las primera fases de esta enfermedad se observa un déficit metabólico, es decir, en la gestión de la energía, de éstas misma áreas que caracterizan el origen de nuestra especie”, explica el Dr. Bruner, responsable del Grupo de Paleoneurología del CENIEH, en la nota de prensa de la institución.

Se supone que la evolución de las áreas parietales se relaciona con las capacidades cognitivas. En este sentido, el registro fósil y paleoneurológico enseña que nuestra especie se caracteriza a nivel de geometría cerebral por una marcada reorganización de dichas áreas y quizás de su sistema vascular.

Estos procesos de crecimiento y desarrollo que llevan a estos cambios cerebrales, están ausentes en los simios antropomorfos así como en homínidos con gran volumen cerebral como los neandertales. Además, a nivel de tejidos neurales, en la corteza parietal profunda, los humanos tenemos áreas que tampoco se encuentran en los otros primates.


El precio de nuestra inteligencia 

Por tanto, este desarrollo de las capacidades cognitivas del Homo sapiens puede que haya conllevado una mayor sensibilidad a defectos metabólicos: balance energético, toxinas, gestión del calor, etc. Y, como señala el Dr. Bruner, sería “el precio” que tendríamos que pagar por disfrutar de nuestras capacidades peculiares. Y es que el Alzheimer sólo se conoce en nuestra propia especie.

Bruner concluye afirmando que el silencioso filtro de la selección natural sólo reconoce las ventajas cognitivas y ninguna de sus desventajas, ya que al afectar a edades tardías, éste “efecto secundario” no influye sobre las capacidades reproductivas del individuo.

La perspectiva evolutiva planteada en este artículo no proporciona directamente una cura para una patología como la enfermedad de Alzheimer, pero puede ofrecer una interpretación diferente de sus causas, acercándose a sus mecanismos no desde su situación presente, sino desde su pasado.

Tomado de: http://www.tendencias21.net/El-Alzheimer-podria-ser-el-precio-a-pagar-por-la-evolucion-humana_a15811.html

Referencia artículo original: Bruner, E., & Jacobs, H. I. L. (2013). Alzheimer’s Disease: The Downside of a Highly Evolved Parietal Lobe? Journal of Alzheimer’s Disease, 35 (2). doi:10.3233/JAD-122299