Para llegar a esta conclusión, los investigadores llevaron a cabo experimentos en una tienda en la que, durante dos meses, registraron a través de una serie de tests si los clientes recordaban diez objetos que previamente habían sido colocado sobre el mostrador. Asociando las respuestas al clima, descubrieron que las personas que visitaban el establecimiento en días lluviosos resolvían mucho mejor la prueba que quienes acudían en días soleados.
Concretamente, los primeros recordaban hasta tres veces más objetos que los segundos. Sin embargo, en días soleados las personas estaban de mucho mejor humor.
Por el contrario, según se explicó en la revista Journal of Experimental Psychology, un estado de ánimo negativo, inducido por un día gris, favorece un modo de pensar más meticuloso y a conciencia, con mayor atención y capacidad de recordar.
Tomado de: http://www.eldebate.com.ar/despliegue.php?idnoticia=56380&idseccion=31
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