13 de diciembre de 2011

Cuando la memoria nos traiciona


El estrés y los traumas desordenan nuestro pasado y alteran la relación entre lo que recordamos y la realidad

El escritor y premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez confesó alguna vez que muchas de las cosas de la vida que recuerda no sabe a ciencia cierta si le han sucedido o se las ha inventado, y la Ciencia ha venido a darle la razón.
Según se desprende de una investigación neurocientífica del Instituto Weizmann de Ciencias (Israel) y del Colegio Universitario de Londres (Reino Unido), no recordamos los acontecimientos tal y como ocurrieron, sino del modo en que nos los explicamos a nosotros mismos o cómo nos los han explicado otras personas.

Al analizar mediante resonancia magnética qué ocurre en el cerebro de un grupo de voluntarios cuando se intenta manipular su memoria, los investigadores comprobaron cómo la influencia de otras personas puede distorsionar nuestra percepción del pasado hasta hacernos recordar cosas que no ocurrieron, y hacernos olvidar eventos que sí ocurrieron.

Al observar la actividad cerebral de los voluntarios, los expertos encontraron que cuando les contaban algo que no coincidía con lo que recordaban, se activaba su amígdala, un pequeño grupo de neuronas situado en el centro del cerebro.
Esta estructura cerebral, que regula las emociones y es importante en las relaciones sociales, enviaba instrucciones a otra parte del cerebro llamada hipocampo, para que eliminase los recuerdos almacenados y los reemplazara por ‘recuerdos’ nuevos. No obstante, según los investigadores, si los recuerdos basados en la realidad son lo bastante intensos, el hipocampo se resiste.

El experimento

Los expertos hicieron ver un documental a un grupo de 30 voluntarios, divididos en grupos de cinco personas. Tres días después, comprobaron mediante un ‘test’, cuánto recordaban del documental, y cuán seguros estaban de ese recuerdo.
Una semana más tarde, repitieron las preguntas a cada integrante de cada grupo haciéndole creer que los cuatro restantes habían dado respuestas que en realidad eran equivocadas. El 68 por ciento de los participantes mudó de opinión, dando respuestas incorrectas a preguntas que antes habían contestado bien.

MEMORIA MALEABLE

Lo más sorprendente ocurrió cuando se repitió a los participantes el ‘test’ por tercera vez, explicándoles que les habían engañado al decirles las respuestas de los otros integrantes de su grupo. Entonces, aún sabiendo que habían recibido información falsa, el 41 por ciento de las personas, persistió en el error.

Experimentos relacionados comprobaron además que el estrés y las experiencias traumáticas también tienen efecto en el modo en que funciona la memoria humana. Así, incluso recuerdos aparentemente inofensivos o situaciones del día a día, pueden inducir a que una persona rememore un trauma vivido y pueda llegar a sentir una gran angustia.

Tomado de http://www.elnuevodia.com/cuandolamemorianosconfunde-1142277.html

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