La estructura cerebral relacionada con este sentido es 12% mayor en neandertales; la información olfativa se produce en áreas cerebrales responsables de la emoción, la motivación, el miedo, la memoria, el placer y la atracción.
El olfato fue clave en el desarrollo de la especie humana, ya que estaría asociado aprocesos cognitivos como la percepción o la intuición en las relaciones sociales, reveló una investigación publicada en la revistaNature Communications.
Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España analizó más de cien cráneos de Homo Sapiens, chimpancés y otras especies de homínidos, como Neandertales, y concluyó que el lóbulo temporal y el bulbo olfativo de los primeros Homo sapiens eran de mayor tamaño que el de sus ancestros.
"Fue una sorpresa descubrir esta capacidad humana porque los primates no se caracterizan por su olfato excepcional. Estas funciones olfativas superiores están relacionadas con procesos cognitivos que permiten percibir de modo inconsciente algo del entorno que se integra en los circuitos cerebrales y ayuda en la toma de decisiones", dijo Antonio Rosas, coautor del análisis.
Los investigadores hicieron análisis morfométricos en 3D de los cráneos y midieron las impresiones que deja el cerebro en la base interior del cráneo. Los resultados indican que la estructura que recibe la información olfativa es aproximadamente un 12% mayor en los sapiens. Asimismo, el tamaño de los lóbulos temporales, relacionados con el lenguaje, la memoria y las funciones sociales también es mayor en esta especie humana
La información olfativa se proyecta a regiones cerebrales directamente responsables del procesado de laemoción, la motivación, el miedo, la memoria, el placer y la atracción entre las personas, informó el CSIC en un comunicado.
"Las funciones olfativas superiores son aquellas que combinan el olfato y los procesos cognitivos como la percepción, la motivación, la intuición, el juicio y la decisión. El hecho de que el H. sapiens tenga bulbos olfativos más grandes que cualquier otra especie humana, podría indicar mayor y distinto sentido del olfato, posiblemente involucrado en el desarrollo de aspectos relacionados con funciones sociales", detalló Rosas.
Estas diferencias podrían tener sentido evolutivo en un contexto social y contribuir al reconocimiento de individuos del grupo, a la cohesión y al aprendizaje social.
El olfato es el sentido más antiguo de los vertebrados y el único canal con el que el cerebro conecta directamente con el medio ambiente.
Además, según Rosas, nunca duerme porque el cuerpo siempre respira. El circuito neural del olfato está muy vinculado con el material neurológico de la memoria y de las emociones. "Esto explica la enorme intensidad emocional que se experimenta al recordar cualquier vivencia asociada al olfato", explicó Rosas.